En la sociedad en la que vivimos es muy fácil convertirnos en víctimas de lo que ha sido llamado “consumo compulsivo”, lo que se traduce en comprar por comprar, adquiriendo prendas que a la luz de la verdad no son necesarias y cuya relevancia se basa en estar a la moda y encajar en los estándares que nosotros mismos hemos venido construyendo poco a poco.
Hoy en día, la industria de la moda se enfoca en ofrecer nuevos diseños de forma rápida y barata; esto ha ocasionado que poco a poco las prendas que compramos se vuelvan obsoletas en muy poco tiempo, afectando la cultura de consumo y generando que queramos reemplazar la ropa que compramos rápidamente, sin importar que aún se encuentren en buen estado. Además, grandes cadenas de ropa alrededor del mundo, están fabricando prendas de baja calidad, ocasionando que se desgasten de forma más rápida con su uso y lavado.
Ahora, si nos enfocamos en el impacto ambiental que tiene esta industria, es sorprendente darse cuenta de que la ropa que utilizamos en el día a día esté generando un impacto negativo sobre el medio ambiente. La industria textil, según (Zeas, 2017) contamina un 20% de las aguas de toda la producción global y contribuye a la escasez de agua, ya que ciertas etapas de la cadena de producción requieren de una gran cantidad de agua, utilizando aproximadamente 387.000 millones de litros de agua al año. Además, La industria textil es responsable aproximadamente de un 10% del total de emisiones de CO2 a nivel mundial.
No menos importante, debido a la rapidez con la que se desechan muchas veces las prendas y la baja calidad con la que son fabricadas, la cantidad de residuos que se generan equivale alrededor de un 5% de los residuos totales, residuos que en la mayoría de los casos incluyen microplásticos.
Debido a todo lo anterior, surge la necesidad de generar una tendencia de moda más consciente, de ahí que, aparece la moda sostenible, movimiento que tiene en consideración el impacto ambiental y social de la industria de la moda. Esta tendencia busca caminar hacia la sostenibilidad en varios ámbitos, como la extracción de materias primas, los procesos de fabricación y distribución, el uso de materiales reciclados o naturales para la fabricación de prendas y la gestión adecuada de los residuos generados.
Por otro lado, es necesario que nos hagamos conscientes de la necesitad de reducir el ritmo en el que compramos la ropa que usamos, tomar decisiones más conscientes al momento de vestirnos puede contribuir en el cuidado de nuestro planeta
Referencias:
Zeas, S. (2017). Hacia una moda sostenible y ecológica. DISEÑO ARTE Y ARQUITECTURA, (2), 61-73.
Salcedo, E. (2014). Moda ética para un futuro sostenible.
Sánchez Vázquez, P., Gago-Cortés, C., & Alló, M. (2020). Moda sostenible y preferencias del consumidor. 3C Empresa. Investigación y pensamiento crítico, 9(3), 39-57.